En el universo de las marcas, lo que decís no es todo lo que decís. El contexto en el cual tu mensaje, producto o servicio existe, juega un papel crucial en cómo es percibido por tu audiencia. Imagina que estás presentando una propuesta a un grupo de inversores. Las palabras que elegís son importantes, pero el entorno en el que las pronuncias puede amplificar o minimizar su impacto. Si tu presentación se lleva a cabo en un ambiente profesional y con una estética cuidada, tu mensaje se verá reforzado por este contexto. Por el contrario, si el entorno es desordenado o informal, incluso las ideas más brillantes pueden verse empañadas.
Este fenómeno se aplica tanto en el mundo ON (digital) como el OFF (físico). Considera cómo un simple reel puede tener diferentes interpretaciones dependiendo del momento, la plataforma y los acontecimientos actuales. Un mensaje de celebración puede ser visto como insensible si coincide con un evento trágico, mientras que una declaración neutral puede ganar fuerza si se hace en medio de una controversia.
La influencia del contexto desde la neurociencia
Los que me regalan el privilegio de su tiempo y me acompañan en la lectura de mis artículos a saben que de un tiempo a esta parte vengo fascinada con la Neurociencia y el impacto de ella en nuestras decisiones, bien en ese ¨contexto¨ un estudio de 2024 en Journal of Cognitive Neuroscience nos ofrece una perspectiva fascinante sobre cómo el contexto afecta nuestra percepción y atención. El cerebro humano procesa la información de manera holística, integrando los estímulos externos con nuestras experiencias previas y expectativas. Este proceso es conocido como “codificación contextual”.
Y eso quiere decir que cuando recibimos un mensaje, nuestro cerebro no solo analiza las palabras, sino también los elementos visuales, emocionales y ambientales asociados. Por dar un ejemplo: hace unos años, Elon Musk hizo una promesa a las organizaciones defensoras de los derechos de los anima-les: todos los autos Tesla no usarían más cuero. El emprendedor cumplió su palabra, y a partir del Tesla Model 3, la empresa comenzó a utilizar un material curiosamente llamado “cuero vegano”. Analizando el contexto de esta decisión, Tesla comprendió intuitivamente el poderoso impacto de la “percepción de valor”: en lugar de llamar a los nuevos revestimientos de asientos “plástico” (lo que realmente son), la empresa se aferró a la palabra cuero y su connotación de lujo para mantener la percepción de valor del tapizado. Esta estrategia es una clase magistral de cómo el “encuadre dentro de un contexto” no es mentir ni engañar: es una cuestión de saber cómo presentar el producto o ser-vicio desde una perspectiva más factual y convincente.
Entonces, ¿cómo podemos usar el encuadre a nuestro favor? Primero, es esencial entender el contexto de nuestro público objetivo. ¿Qué les preocupa? ¿Qué temas son relevantes para ellos en este momento? Adaptar nuestro mensaje para alinearlo con estos aspectos puede hacer que resuene más profundamente. La coherencia entre lo que decimos y el contexto en el que lo decimos refuerza la autenticidad y credibilidad de nuestra marca.
Finalmente, un mensaje bien enmarcado puede destacar nuestras fortalezas y minimizar nuestras debilidades. Puede hacer que un producto parezca más valioso o que un servicio parezca más indispensable. Por eso, en lugar de enfocarnos solo en lo que decimos, es vital prestar atención al contexto alrededor de lo que estamos tratando de decir.
Como diría Gary Vaynerchuk, ¨el contenido es el rey, pero el contexto es el emperador de la galaxia¨. Al ser conscientes de esta realidad, optimizamos la manera en que nuestro mensaje es recibido, asegurándonos de que nuestra audiencia no solo escuche nuestras palabras, sino también la intención y el valor detrás de ellas.
Hasta la próxima y gracias por el privilegio de tu tiempo.